Una mayor ingesta de carotenoides está relacionada con un menor riesgo de desarrollar cáncer de pecho negativo para receptores de estrógeno (RE), aunque no influye en el riesgo de la enfermedad positiva para RE, revela un análisis de 18 estudios.
«Muchos estudios han examinado la asociación entre los carotenoides y el cáncer de mama», dijo a Reuters Health el doctor Xuehong Zhang, investigador del Laboratorio Channing del Hospital de Brigham y las Mujeres, en Boston, y autor de la investigación.
«Estos estudios generalmente se focalizaron en el riesgo de cáncer de pecho en general. Sin embargo, hay cada vez más evidencia de que el cáncer mamario es una enfermedad heterogénea», añadió el investigador.
Los resultados del estudio de Zhang fueron publicados en la edición en internet de American Journal of Clinical Nutrition.
El autor y sus colegas analizaron datos del llamado Pooling Project of Prospective Studies of Diet and Cancer, un consorcio internacional que incluye a más de 1 millón de mujeres.
Durante el seguimiento, que duró hasta 26 años, 33.380 desarrollaron cáncer de mama, entre ellas 4.643 con cánceres negativos para RE.
Las mujeres con mayor consumo de alfa-caroteno, beta-caroteno y luteína/zeaxantina eran alrededor de un 15 por ciento menos propensas a desarrollar cáncer de mama negativo para RE, hallaron los investigadores. No obstante, ninguno de esos carotenoides influyó en el riesgo de la enfermedad positiva para RE.
No hubo relación importante entre la ingesta de beta-criptoxantina y el riesgo ya sea de cáncer de pecho negativo o positivo para RE, aunque se registró cierta tendencia a una relación inversa entre su consumo y ambos tipos de la enfermedad.
El licopeno no tuvo asoación con el riesgo de ninguno de esos tipos de cáncer de pecho.
Cuando los investigadores tuvieron en cuenta muchos otros factores, como la edad, la condición menopáusica y el uso de terapia hormonal, la vinculación entre los tres carotenoides y el riesgo de cáncer de mama negativo para RE se mantuvo.
Existen algunos mecanismos por los cuales la ingesta de carotenoides podría influir en el riesgo de cáncer mamario negativo para RE, indicó el doctor Zhang, por ejemplo el bloqueo al daño en el ADN por parte de las especies reactivas al oxígeno, o su metabolización en retinol, que demostró ayudar a controlar la diferenciación celular y mejorar el funcionamiento del sistema inmune.
Mientras que la ingesta de carotenoides no pareció afectar el desarrollo del tipo más común de cáncer de mama, Zhang dijo que sigue habiendo muchas otras razones para que las mujeres coman muchas frutas frescas y vegetales -ricas en ellos- como la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer de pulmón.
El estudio actual incluyó la mayor cantidad de datos sobre cánceres negativos para RE que se ha recopilado hasta la fecha, según el autor.
El equipo concluye: «Los resultados deben ser interpretados con cautela porque no está claro si la asociación observada es real o se debe a otros componentes de las mismas fuentes alimentarias».
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, online 25 de enero del 2012