El consumo durante la vida de agua de la canilla tratada con cloro puede más que duplicar el riesgo de cáncer de vejiga y recto en ciertos individuos, concluyeron dos nuevos estudios.
Ambos estudios examinaron los patrones de vida de consumo de agua, las dietas y estilos de vida de más de 2.200 residentes de Iowa de mediana edad y ancianos que padecen de cancer de vejiga, colon rectal. Los perfiles fueron comparados con los de un grupo de cerca de 2.000 «controles» saludables.
Investigaciones recientes han sugerido que el cloro reacciona con compuestos naturales orgánicos que se encuentran en el agua para formar lo que los autores del estudio llaman «subproductos de la cloración.»
Dicen que muchos de estos subproductos son «mutagénicos y / o cancerígenos.» El primer estudio encontró que los hombres fumadores que tomaron agua de la canilla tratada con cloro durante más de 40 años enfrentan el doble de riesgo de cáncer de vejiga en comparación con los hombres fumadores que tomaban agua no clorada. Las mujeres que bebían agua clorada, por el contrario, había sólo ligeramente elevado riesgo de cáncer de vejiga, independientemente de la condición de fumador.
El segundo estudio encontró que las tasas de cáncer de recto en ambos sexos aumentó con la duración del consumo de agua clorada. Las personas con dietas bajas en fibra, que también bebían agua clorada durante 40 años aumentaban a más del doble el riesgo de cáncer rectal, en comparación con los bebedores de agua no clorada.
Diferencias similares se encontraron también entre los patrones de riesgo de los bebedores de agua clorada que se ejercitaron al menos una vez a la semana, y los que se ejercitan una vez al mes, o menos. Los expertos han recomendado el ejercicio regular, como un medio de reducir el riesgo de un cáncer rectal y otros.
El estudio no encontró relación entre el consumo a largo plazo de agua de la canilla tratada con cloro y la incidencia de cáncer de colon. Esto no es sorprendente, explican los investigadores, ya que los tumores de colon tienen patrones muy diferentes de la génesis y el desarrollo en comparación con los tumores de recto.
Especulan que la fuente de agua del grifo tratada con cloro puede ayudar a determinar su potencial para promover el cáncer.
Dado que el agua superficial (como la que se encuentra en lagos y embalses) usualmente contiene mayores concentraciones de compuestos orgánicos, los autores del estudio dicen que es más probable que contengan altos niveles de subproductos de la cloración (potencialmente cancerígeno), en comparación con el agua procedente de las profundidades.
FUENTE: Epidemiology 1998;9(1):21-28, 29-35
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