La alimentación es fundamental para la estabilidad psicológica y, para ello, debe haber una educación desde la infancia sobre los consumos y los alimentos que deben consumirse, y, lo más importante, sobre cómo debe de hacerse ese consumo, ha explicado el doctor Javier Urra Portilla, profesor asociado de ‘Psicopatología Alimentaria de la Universidad Complutense de Madrid’.
Para este experto, que ha participado XVI Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica, Nutrición 2012, la alimentación afecta desde el útero materno – como demuestran diversos estudios que establecen una relación entre los consumos de drogas y la evolución de los niños-, del mismo modo que la lactancia ayuda en la vinculación emocional madre e hijo.
En este sentido, en los últimos años se ha visto como el habito a seguir dietas para perder peso entre las mujeres con hijos pueden afectar a estos a la hora de alimentarse. «Es importante que se tenga cuidado con las dietas que se hacen en casa porque los niños las asumen», ha explicado en una entrevista a Europa Press.
En este sentido, ha destacado como uno de los procesos más acusados dentro de la psicopatología alimentaria trastornos como la bulimia y la anorexia, donde, recomienda, «hay que actuar desde la niñez», ya que «la anorexia y la bulimia tienen un claro fondo emocional».
Según el propio doctor, como medida de prevención es importante inculcar la importancia de la alimentación así como establecer una buena relación con ella y, para ello, «cuidar la estabilidad emocional de los niños también es muy importante».
Actualmente hacemos poco ejercicio y hacemos un consumo rico en grasas», ha explicado Urra Portilla, para quien es necesario volver a la dieta mediterránea, «la cual no es solo lo qué comes, sino cómo lo comes». Y, ha añadido, tener en cuenta que «comer es algo más que alimentarte».
Por otra parte, ha destacado la importancia de inculcar hábitos alimentarios en los niños a través la familia y escuela. En este sentido ha destacado que cuidar la alimentación en la infancia es de vital importancia para establecer unos hábitos que se seguirán de adulto.
«Con la comida educamos a los niños, incluso cómo se comportan en la comida ayuda al desarrollo del niños», ha señalado, al tiempo que, sentencia, «no se puede educar ni cocinar bien con un microondas, porque como en todo hace falta cariño», ha afirmado.
Entre otros temas, durante la jornada de este miércoles han recordado la estrecha relación entre cáncer y nutrición, de hecho sólo el 10 por ciento de los casos de cáncer son debidos a alteraciones genéticas de alta penetración, mientras que el 90% restante se deben a factores relacionados con el estilo de vida, infecciones y polución ambiental que son en parte modificables.
«Existe una evidencia suficiente de que una elevada ingesta de carnes rojas y procesadas aumenta el riesgo de cáncer colorrectal y probablemente, el riesgo de cáncer gástrico.
Además, el alto consumo de grasas y proteínas de origen animal, probablemente aumentan el riesgo de cáncer de mama y de próstata. En definitiva, existe una base suficiente para promover una dieta más saludable y desarrollar actividades preventivas para mejorar la alimentación y reducir el riesgo de cáncer», el doctor Carlos A. González, jefe de la Unidad de Nutrición, Ambiente y Cáncer del Institut Catalá d’Oncología.
Referencia: larazon.es