Las personas con niveles en sangre relativamente altos de ciertos pesticidas correrían riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, sobre todo si tienen sobrepeso, según sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Diabetes Care.
Varios estudios habían detectado una relación entre el riesgo de desarrollar diabetes y la exposición a pesticidas antiguos, llamados organoclorados, PCB y otras sustancias químicas de la categoría «contaminantes orgánicos persistentes».
El uso de los organoclorados está prohibido o restringido en Estados Unidos y otros países desarrollados, luego de que estudios los asociaran con la aparición de cánceres y otros problemas de salud.
Los PCB, que alguna vez se utilizaron para producir desde electrodomésticos hasta tubos de luz fluorescente e insecticidas, se prohibieron en la década de 1970.
Pero, como lo sugiere su nombre, los contaminantes orgánicos persistentes permanecen en el ambiente durante años y se acumulan en el tejido graso de animales y seres humanos.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) aseguran que su fuente más importante serían los alimentos como los productos lácteos y el aceite de pescado.
Algunos de esos compuestos promueven la obesidad, que es un factor de riesgo de la diabetes, indicó Riikka Airaksinen, del Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia, y que dirigió el estudio.
Con su equipo, Airaksinen determinó en 2.000 adultos mayores los niveles en sangre de varias sustancias contaminantes orgánicas persistentes. El 15 por ciento tenía diabetes tipo 2.
El riesgo más alto se registró en los participantes con los niveles más altos de pesticidas organoclorados. Aquellos con niveles dentro del 10 por ciento más alto eran dos veces más propensos a tener diabetes que los participantes con niveles en el 10 por ciento inferior.
Pero la relación se limitó al grupo con sobrepeso u obesidad, lo que sugiere que las sustancias contaminantes y el tejido graso «tendrían un efecto sinérgico en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2».
Pero eso solo no prueba que los pesticidas organoclorados aumentaran ese riesgo, dijo Airaksinen.
El equipo consideró la edad, el sexo, el tamaño de cintura y la presión de los participantes, pero no tuvo información alguna sobre la dieta y el ejercicio. Según Airaksinen, las evidencias disponibles apuntan hacia una relación causa-efecto.
Los resultados «coinciden enormemente» con estudios previos sobre sustancias contaminantes orgánicas persistentes y el riesgo de desarrollar diabetes, señaló el doctor David R. Jacobs, profesor de epidemiología de la University of Minnesota, que participó en algunas de esas investigaciones.
«Creo que la asociación es causal. Existe una gran cantidad de estudios celulares y con animales que demuestran que esas sustancias alteran la función (hormonal) endócrina», indicó.
Para reducir la exposición a esas sustancias, los expertos aconsejan limitar la cantidad de grasa animal en la alimentación.
FUENTE: Diabetes Care, online 4 de agosto del 2011