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Ahora hay más niños extremadamente obesos

Los autores de un informe advierten sobre una menor esperanza de vida y problemas de salud inminentes para esos niños.

JUEVES, 18 de marzo (HealthDay News/DrTango) — La epidemia de obesidad está golpeando a los niños con más fuerza que nunca, con 7.3 por ciento de los chicos y 5.5 por ciento de las chicas clasificados como extremadamente obesos en un estudio de California, informan investigadores de Kaiser Permanente.

La noticia es incluso peor para los niños negros e hispanos. Entre las adolescentes negras, 11.9 por ciento fueron clasificadas como extremadamente obesas, al igual que el 11.2 por ciento de los adolescentes hispanos. La obesidad extrema se define entre los niños como pesar más de 1.2 veces el percentil 95, o tener un índice de masa corporal (IMC) de 35 kilogramos por metro cuadrado.

«Hay una frecuencia demasiado alta de niños extremadamente obesos», advirtió la autora del estudio Corinna Koebnick, científica investigadora del Departamento de investigación y evaluación del Sur de California de Kaiser Permanente en Pasadena.

Koebnick señaló que la epidemia de obesidad se ve impulsada por una combinación de falta de actividad física y malos hábitos alimenticios. «Son los hábitos alimenticios malsanos, la comida rápida frente a la lenta», apuntó.

Koebnick enfatizó que los padres tienen que ser modelos de rol para sus hijos. «Hay estudios que sugieren que el peso de los padres tiene una influencia significativa sobre el peso de sus hijos», anotó.

La obesidad extrema puede llevar a problemas graves de salud, como la diabetes y la enfermedad cardiaca, añadió Koebnick.

«Necesitamos vigilar a estos niños extremadamente obesos con mayor cuidado, e intentar prevenir los efectos de salud adversos que puedan surgir en el futuro próximo», comentó.

«Los niños extremadamente obesos pueden seguirlo siendo en la adultez, y todos los problemas de salud asociados con la obesidad están en el futuro de estos niños. Sin cambios importantes en el estilo de vida, estos niños se enfrentan a una esperanza de vida entre diez y veinte años menor, y desarrollarán problemas de salud en su veintena que por lo general se observan entre personas de 40 a 60 años de edad», lamentó Koebnick en un comunicado de prensa de Kaiser Permanente.

Aunque estos hallazgos sólo cubren a los niños del sur de California, Koebnick opina que son representativos de lo que sucede por todo EE. UU.

El informe aparece en la edición en línea del 18 de marzo de la revista Journal of Pediatrics.

Para el estudio, el equipo de Koebnick recolectó datos sobre 710,949 niños y adolescentes entre los dos y los 19 años de edad que pertenecían al plan de salud integrado del sur de California de Kaiser Permanente entre 2007 y 2008.

Mediante el uso de esos datos, los investigadores hallaron que 7.3 por ciento de los chicos y 5.5 por ciento de las chicas eran extremadamente obesos, lo que equivale a más de 45,000 niños extremadamente obesos entre los estudiados.

La obesidad alcanzó su punto máximo a los diez años entre los chicos, y a los doce entre las chicas. Los más extremadamente obesos fueron las niñas negras adolescentes, y los niños hispanos. Los menos extremadamente obesos fueron los niños asiáticos y de las Islas del Pacífico y los blancos, encontraron los investigadores.

Samantha Heller, dietista, nutricionista y fisióloga del ejercicio, apuntó que «los resultados de esta encuesta no son muy sorprendentes, pero sí trágicos cuando se consideran las consecuencias de salud a que se enfrentarán estos niños, para no mencionar las repercusiones sociales, emocionales y psicológicas».

Heller señaló que es crucial que los padres aprendan a proveer alimentos sanos a sus familias. «La comida sana puede ser asequible y deliciosa, pero a los consumidores se les hace creer que la comida rápida, la comida basura y los dulces son lo más fácil y barato», subrayó.

Heller comentó que el público es bombardeado con anuncios de comida dirigidos a los niños. El Informe al Congreso de la Comisión Federal de Comercio de 2008 encontró que, en 2006, se gastaron más de $1.6 mil millones en el mercadeo de comida y bebidas para los niños.

«Imagínese si ese dinero, o al menos una fracción del mismo, se usara para promover alimentos sanos como verduras, frutas, granos integrales y frijoles, y educación sobre nutrición para el público», comentó. «La gente aprendería a comprar y preparar alimentos sanos con un presupuesto, y podríamos reducir la prevalencia de obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes, la enfermedad cardiaca y el cáncer, en nuestros niños», explicó Heller.

«Los profesionales de salud, las compañías alimentarias y los gobiernos locales y estatales necesitan encontrar formas de ayudar a educar, motivar y empoderar a adultos y niños para que lleven vidas más sanas antes de que sea demasiado tarde para salvar a nuestros niños», añadió Heller.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Corinna Koebnick, Ph.D., research scientist, Kaiser Permanente Southern California Department of Research and Evaluation, Pasadena, Calif.; Samantha Heller, M.S., R.D., dietitian, nutritionist and exercise physiologist, Fairfield, Conn.; March 18, 2010, Journal of Pediatrics, online

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