Un análisis de estudios ha producido lo que sus autores describen como una descripción precisa de los efectos beneficiosos del consumo de nueces sobre el colesterol y otras grasas relacionadas con el corazón.
Proporciona la mejor evidencia hasta ahora de que consumir nueces reduce los niveles de colesterol LDL y mejora el perfil de lípidos en la sangre», señaló el Dr. Joan Sabate, presidente del departamento de nutrición de la Facultad de salud pública de la Universidad de Loma Linda en California y coautor del informe, publicado el 10 de mayo en Archives of Internal Medicine.*
Sabate y sus investigadores asociados de la universidad recopilaron datos sobre 583 hombres y mujeres que habían participado en 25 ensayos sobre el consumo de nueces. Los resultados mostraron que consumir unos 65 gramos (2.3 onzas) de nueces al día, la tercera parte de una taza, reducía los niveles de colesterol en 5.1 por ciento y los de colesterol LDL (el «malo») en 7.4 por ciento.
Esa cantidad de nueces también mejoró la proporción de colesterol LDL con el colesterol HDL (el «bueno») en 8.3 por ciento y causó un aumentó de 10.2 por ciento en los niveles de triglicéridos entre las personas que tenían niveles elevados de esas grasas de la sangre.
Sabate es una figura destacada en el campo relativamente limitado de la nutrición con nueces. Su primer informe sobre los efectos beneficiosos, publicado en 1993, llevó a otros estudios que con el tiempo instaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos a emitir una afirmación calificada sobre salud para las nueces una década más tarde.
La declaración de la FDA de 2003 señaló que «la evidencia científica sugiere, aunque no demuestra, que consumir 43 g (1.5 onzas) diarios de la mayoría de las nueces, como parte de una dieta baja en colesterol y grasas saturadas podría reducir el riesgo de enfermedad cardiaca».
En las etiquetas de alimentos, la afirmación va seguida de una advertencia: «Consulte la información nutricional respecto al contenido de grasa».
La declaración de la FDA fue emitida como respuesta a una petición emitida por la Fundación de Investigación y Educación sobre la Nutrición de la Fundación Internacional de los Frutos Secos (International Tree Nut Council), que apoya el trabajo realizado por Sabate y otros investigadores de la nutrición con nueces. La fundación ayudó a financiar el informe más reciente.
El nuevo estudio halló que los beneficios de comer nueces eran mayores entre las personas delgadas, las que tenían colesterol LDL elevado y las que consumían una dieta rica en grasa.
Sin embargo, el entusiasmo por las nueces debe ser moderado, señaló Sabate. Son muy ricas en calorías, por lo que pueden contribuir a la obesidad. Se recomendó un límite de 85 g (3 onzas) diarios.
Jeannie Gazzaniga-Moloo, vocera de la Asociación Estadounidense de Profesionales en Nutrición, que tiene su práctica privada en Sacramento, California, señaló que «las nueces pueden ser una adición muy saludable a cualquier dieta», aunque recomienda comer un poco menos de ellas.
Señaló que sugiere a sus clientes consumir cerca de 28 g (1 onza) de nueces al día, unas 22 nueces de nogal, por ejemplo, que proporcionan 150 calorías, como parte de su dieta diaria. «Son ricas en proteínas y fibras, así como en numerosas proteínas y varias vitaminas», señaló Gazzaniga-Moloo.
«Deben comer las nueces que disfruten», dijo. «Pueden probar varias».
Sabate aseguró que el tipo de nueces consumidas no parece importar. El estudio halló esencialmente los mismos resultados con nueces de nogal, almendras, maní, nueces pacanas, avellanas, nueces de macadamia y pistachos.
«La nueces son una matriz de nutrientes saludables y la razón más obvia para el efecto reductor del colesterol es el contenido de grasa insaturada», señaló Sabate. «Las nueces también contienen fibras, proteína vegetal, fitoesteroles y otros antioxidantes».
La mejor evidencia del efecto beneficioso de las nueces, sin embargo, proviene de estudios sobre nueces de nogal y almendras, agregó.
FUENTES: Joan Sabate, chairman, nutrition department, Loma Linda University School of Public Health, Loma Linda, Calif.; Jeannie Gazzaniga-Moloo, Ph.D., R.D., dietitian, Sacramento, Calif.; May 10, 2010, Archives of Internal Medicine