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Imaginarse disfrutando una golosina reduce las ganas de comerla

Pensar por un momento en una chocolatina es suficiente para abrir el apetito por algo dulce; sin embargo, si en lugar de ese pensamiento fugaz uno se recrea imaginando cómo se come hasta el último trozo del chocolate puede bastar para perder el interés.
La propuesta, que podría ser de gran utilidad en los regímenes de adelgazamiento, procede de un trabajo que se publica hoy en Science, llevado a cabo por un equipo de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, cuyo primer autor es Carey Morewedge.
«El hallazgo sugiere que reprimir el pensamiento por una comida para frenar el ansia por comerla es básicamente una estrategia equivocada», dice Morewedge. «En vez de eso hay que recrearse, imaginarse bien la comida para reducir su consumo. Creemos que de esta forma se pueden desarrollar intervenciones que ayuden a reducir la ansiedad por determinados comidas poco saludables, así como por ciertas drogas, incluido el tabaco».
En esencia, los científicos han recurrido al concepto de la habituación, o respuesta disminuida a un estímulo repetitivo. Para ello, realizaron una serie de experimentos en los cuales se pidió a los participantes que se imaginaran a sí mismos comiendo grandes cantidades de un alimento, como chocolate o queso. A otros se les pidió que se imaginaran a sí mismos comiendo menos de ese alimento, más de un alimento diferente, o que se imaginaran a sí mismos haciendo algo completamente diferente. Después les presentaron a todos dulces o queso permitiéndoles comer hasta saciarse. Aquéllos que primero habían imaginado comiendo grandes cantidades consumieron mucho menos que los otros participantes.

FUENTE: DIARIO MEDICO

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