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Dejar de fumar podría mejorar la personalidad, sugiere un estudio

Aparte de los bien conocidos beneficios de salud de dejar de fumar, una investigación reciente sugiere que las personas que abandonan el hábito también podrían mejorar sus personalidades.

Investigadores de la Universidad de Missouri hallaron que fumar es un desencadenante de impulsividad (actuar sin pensar) y de neuroticismo (sentirse emocionalmente negativo y ansioso con frecuencia) en los adultos menores de 35 años. Sin embargo, el estudio sugirió que dejar de fumar puede eliminar esos rasgos desfavorables y mejorar la personalidad.

Los investigadores compararon a fumadores de 18 a 35 años de edad con sus pares que habían dejado de fumar, y hallaron que los fumadores eran más impulsivos y neuróticos. Además, anotaron que los jóvenes con niveles más altos de impulsividad y neuroticismo eran más propensos a participar en conductas nocivas, como fumar.

Los investigadores concluyeron que las campañas antitabaquismo que se dirigen a la impulsividad de los fumadores podrían ser eficaces entre los jóvenes adultos.

«Los datos indican que para algunos adultos jóvenes fumar es impulsivo», explicó en un comunicado de prensa de la Universidad de Missouri Andrew Littlefield, estudiante doctoral del departamento de psicología del Colegio de Artes y Ciencias. «Eso significa que los de 18 años actúan sin mucho pensamiento previo y favorecen recompensas inmediatas por encima de las consecuencias negativas a largo plazo. Podrían decir que saben que fumar es malo, pero que lo hacen de cualquier forma. Sin embargo, hallamos que los individuos que muestran los mayores declives en la impulsividad también son más propensos a dejar de fumar. Si podemos dirigir los esfuerzos antitabaquismo a esa impulsividad, quizás ayude a las personas jóvenes a dejar de fumar».

El estudio, que será publicado en una próxima edición de la revista Nicotine and Tobacco Research, reveló que tras dejar de fumar, los fumadores experimentaron declives en esos rasgos de la personalidad, sobre todo los que tenían entre 18 y 25 años. Los autores anotaron que, a medida que los fumadores envejecen, sus motivos de fumar van más allá de la impulsividad y el hábito se convierte en parte de un patrón regular de conducta.

«Los motivos de fumar a una edad mayor (el hábito, el deseo, la pérdida de control y la tolerancia) son elementos claves de la dependencia al tabaco y parecen ser más independientes de los rasgos de personalidad», señaló Littlefield.

Sin embargo, al igual que otras formas de abuso de sustancias, el tabaquismo presenta una compleja relación de factores genéticos y ambientales, anotó. Littlefield planifica investigar más sobre el tema al estudiar las influencias genéticas sobre la personalidad y el consumo de alcohol.

FUENTE: University of Missouri, news release, Sept. 12, 2011

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