Mientras más camine, menos riesgo de diabetes tendrá, afirman investigadores australianos.
Los científicos dieron seguimiento a 592 adultos de mediana edad que participaron en un estudio para hacer un mapa de los niveles de diabetes en Australia entre 2000 y 2005. Los participantes se sometieron a un examen de salud al inicio del estudio y proveyeron detalles sobre sus hábitos de alimentación y estilo de vida.
Los voluntarios también recibieron un podómetro e instrucciones sobre su uso.
El seguimiento de los participantes cinco años más tarde mostró que un conteo más alto de pasos al día se asociaba con un menor índice de masa corporal (IMC), una proporción más baja entre cintura y cadera, y una mejor sensibilidad a la insulina, incluso tras ajustar factores como la dieta, el tabaquismo y la ingesta de alcohol.
Esas asociaciones fueron independientes de la ingesta calórica, y parecieron deberse sobre todo a un cambio en el peso, dijeron los investigadores del Instituto de Investigación Pediátrica Murdoch en Melbourne.
Calcularon que una persona sedentaria que cambie su conducta y empiece a caminar 10,000 pasos cada día lograría una mejora de tres veces en la sensibilidad a la insulina, en comparación con una persona similar que camine 3,000 pasos al día, cinco días por semana.
La directriz de 10,000 pasos por día es popular, pero una recomendación más reciente es 3,000 pasos al día, cinco días por semana.
«Estos hallazgos que confirman el papel independiente y beneficioso de un mayor conteo de pasos sobre el índice de masa corporal, la proporción entre cintura y cadera, y la sensibilidad a la insulina proveen respaldo adicional para promover niveles más altos de actividad física entre los adultos de mediana edad», concluyeron los investigadores en un comunicado de prensa.
El estudio aparece en la edición en línea de la revista British Medical Journal.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: British Medical Journal, news release, Jan. 13, 2011